Utilización de anavenenos ofídicos en el tratamiento
del cáncer y otras enfermedades crónicas. Más de un centenar de autores, en todo el mundo, han escrito diversos trabajos
sobre el uso terapéutico de los venenos ofídicos, en el tratamiento del cáncer, en el
dolor, en la artrosis y en otras enfermedades crónicas. Se ha estudiado profundamente la
composición de los venenos pero el trabajo sigue siendo dificultoso por tratarse de un
material biológico cambiante. Esto es precisamente lo que provoca ciertas opiniones de
rechazo al empleo de toxoides, anavenenos y a la técnica de combinación de fracciones
como fue el caso del complejo crotoxina. Los anavenenos (venenos desnaturalizados) pasaron
al olvido porque fueron desplazados por el desarrollo, el avance y la penetración de la
moderna industria farmacéutica, como muchos otros medicamentos hoy tildados de antiguos.
A comienzos del siglo pasado había una veintena de destacados profesionales que
utilizaban estas preparaciones magistrales tanto en medicina humana como veterinaria. En
la década 1930-1940 hubo grandes avances en ese campo. Supieron resolver la elección del
veneno a emplear para las experiencias y tratamientos de los enfermos. Casi todos
escribieron sus observaciones con detalles importantes en las historias clínicas de sus
pacientes. Fueron constancias de casos tratados y mejorías obtenidas. Así, el veneno
ofídico dio origen entonces a lo que el profesor Dr. Pedro Castro Escalada (UBA-Medicina)
llamó la ofidioterapia. La publicación de su obra en 1935, titulada
"Ofidioterapia" fue de un valor importantísimo en el tratamiento de
enfermedades crónicas, principalmente en el cáncer con más de 60 casos diversos
tratados. El Instituto Butantan (San Pablo-Brasil) y el Instituto
"C.G.Malbrán"(Buenos Aires-Argentina) lo producían para entregar a pacientes
con la indicación del caso. Muchos médicos de aquellos años trataban con venenos de serpientes las jaquecas, las
neuralgias, las hemorragias, los tumores, los cánceres, la epilepsia, la lepra, el
epitelioma de laringe, la sarcomatosis interna abdominal, los carcinomas prostático,
uterino y vulvar. Todo ello documentado oportunamente y publicado. Hoy se sabe
mucho más. Las actividades fisiopatológicas fundamentales de los venenos ofídicos
siguen siendo las mismas. Esto sugiere en primer lugar la elección del veneno, luego los
elementos celulares son excitados, inhibidos o destruidos, según la dosis y la
susceptibilidad receptora. La acción del veneno sobre las grasas es la base de sus
efectos benéficos aprovechables. Los anavenenos son soluciones derivadas para el empleo
terapéutico y experimental. Los antivenenos son sueros curativos específicos contra las
picaduras directas de los ofidios y de otras especies ponzoñosas (arañas, alacranes).
Los anavenenos tienen una acción local, analgésica y asintomática como es el caso del
crotálico. El derivado bothrópico tiene una acción citolítica. En combinación actúan
como analéptico antitumoral. En comparación con otros fármacos no provocan inflamación
y su supresión brusca no determina ningún accidente. Actúan inmunológicamente. No
existen contraindicaciones para su empleo. Las dosis deben ser progresivas hasta alcanzar
un nivel que permita su evaluación y continuidad. Tampoco es un fracaso que las primeras
aplicaciones no produzcan efectos; más tarde ejerce su acción. Actualmente, en el mundo,
hay muchos profesionales que siguen tratando a sus pacientes con estas herramientas
biológicas de distintas maneras. Los venenos ofídicos atacan compuestos químicos y reacciones claves en los
organismos animales y por extensión y similitud también en los humanos. En la
composición de estos anavenenos permanece inalterable una enzima conocida como
fosfolipasa A2 (PLA2) que parece ser la adjudicataria de la actividad antitumoral. Los
resultados se observaron en distintos estudios científicos realizados últimamente en
células tumorales en los cuales se comprobó que los venenos ofídicos aumentan la
actividad de los macrófagos. El efecto analgésico agregado resulta del bajo peso molecular de algunos elementos de su
composición. Desde hace casi 15 años venimos investigando el tema de los anavenenos
ofídicos y también de la apitoxina (veneno de abejas) en colaboración con distintos
profesionales. Desde entonces hemos presentado diversos trabajos sobre estos temas en
congresos. En homenaje a todos quienes participaron hasta
hoy en ésta línea de investigación, corresponde recordar que estos tratamientos
vulgarmente llamados "alternativos" fueron serios, científicos y académicos
antecesores de la quimioterapia y radioterapia. Tal vez todos puedan ser complementarios
y/o alternativos, pero esa decisión es personal. Nuestra tarea es la difusión de esta
posibilidad. Para mayor información comuníquese con nosotros. LOS ANAVENENOS Su acción en el dolor La historia de los venenos ofídicos encierra muchos secretos de la relación existente entre las serpientes y las artes médicas desde las mitologías hasta el presente y desde oriente hasta occidente. Actualmente podemos observar la imagen de serpientes en el logotipo de facultades, instituciones de la salud, clínicas, laboratorios, sistemas de medicina prepaga, empresas de ambulancias, editoriales de revistas especializadas en temas de la salud y farmacias; en países de diferentes idiomas y religiones. El veneno de las serpientes es una enorme fuente de enzimas y proteínas cuyo análisis aun no está completo. Por lo tanto su estudio y aplicación no debe extrañarnos. El ingreso de estos venenos a la terapéutica moderna data de 1920 aproximadamente. Figuras destacadas de la medicina han investigado y utilizado su acción para modificar el curso biológico de distintas enfermedades crónicas. El profesor doctor Pedro Castro Escalada- UBA en 1935 publicó un libro titulado Ofidioterapia, en el cual cita más de 60 casos diversos tratados con anavenenos inyectables en forma intramuscular. Los venenos ofídicos atacan compuestos químicos y reacciones claves en los organismos animales. Esto los convierte en materiales de considerable utilidad potencial. La ponzoña ofídica permite la elaboración de preparados con diversas acciones. Los anavenenos son soluciones derivadas para el empleo terapéutico y experimental. Los antivenenos son sueros curativos específicos contra las picaduras directas de los ofidios. Los anavenenos tienen una acción local, analgésica y sintomática. El anaveneno crotálico se obtiene de la víbora de cascabel autóctona (Crotalus Durissus Terrificus). Su empleo está indicado en el tratamiento de algias, neuralgias, neuritis, dolores tumorales y dolores en general. Reduce el umbral de dolor, alivia o suprime los dolores. Los efectos analgésicos se obtienen por el bajo peso molecular de algunos de sus componentes. Esto ya se conocía pero fue reconfirmado con moderna tecnología en un estudio experimental publicado en la revista Toxicon, publicación oficial de la Sociedad Internacional de Toxinología, en 1993. El empleo de este anaveneno es un instrumento más en el tratamiento del cáncer, la artritis, la artrosis y diversas algias. Su aplicación es compatible con otros medicamentos convencionales y no posee contraindicaciones. Una acción terapéutica global debería ser acompañada por una dieta alcalina. Este criterio se apoya en que la mayoría de las enfermedades se desarrollan con más facilidad en organismos que mantienen una dieta ácida. Esta Fundación está dedicada desde 1989 al estudio de venenos de ofidios y de abejas (Apitoxina) y garantiza ambas preparaciones para uso terapéutico.
ANAVENENO BIVALENTE COMPOSICIÓN:
1mg/ml aproximadamente de partes iguales de Bothrops y Crotalus
dur.terr., siendo el Bothrops una combinación al
50% de B.alternatus y B. neuwiedii. Termodesnaturalizados en solución alcoholizada. ACCIÓN
TERAPÉUTICA:
Activador inmunológico y analgésico. Indicado en tumores en
general; en los de proliferación de células jóvenes, embrionarias o no; en tumores
operados actúa como post operatorio preventivo de futuras metástasis. Indicado en:
POSOLOGÍA:
Aplicar en dosis crecientes. Ésta puede ser ajustada al
criterio médico según la evolución del paciente. Se recomienda, de ser posible, no
suspender el tratamiento en forma brusca sino utilizando la misma escala en forma
descendente. Iniciar con una dosis de 0,15 ml e ir aumentando 0,05 ml diariamente hasta
alcanzar la dosis adecuada, las cuales generalmente varían entre 0,60 ml y l ml. La
modificación posterior de la dosis dependerá de la evolución de cada caso.
FORMA
DE ADMINISTRACIÓN:
Conviene emplear jeringa de 1 ml y aguja 40x8 para aplicación
intramuscular profunda. En caso de dolor en el zona de la aplicación, tiempo después de
efectuada, en lo sucesivo se puede agregar solvente indoloro (en tal caso se utilizará
una jeringa de mayor contenido). También puede aplicarse subcutáneo y peritumoral (de ser posible) CONTRAINDICACIONES:
No posee, salvo hipersensibilidad específica a alguno de sus
componentes. De presentarse signos alérgicos se debe suspender el tratamiento, reducir la
dosis y/o emplear previamente un
antihistamínico. ANTIDOTISMO: Si
bien no se ha presentado ningún caso los anavenenos pueden ser antidotados con el suero
específico, por lo que se recomienda evitar el tratamiento en pacientes tratados con el
suero antiofídico de las especies contenidas hasta 90 días después de la última
aplicación. PRESENTACIÓN:
Frasco ampolla estéril para 10 ml con anaveneno desarrollado
por esta Fundación. Se recomienda su conservación en frío evitando la congelación. ANAVENENO MONOVALENTE DE BOTHROPS POOL COMPOSICIÓN:
1 mg/ml aproximadamente del veneno de Bothrops alternatus y de Bothrops
neuwiedii, aa, termodesnaturalizado en solución alcoholizada. ACCIÓN
TERAPÉUTICA:
Activador inmunológico. Citolítico. Indicado en:
POSOLOGÍA: Se debe administrar en dosis crecientes. Éstas pueden ser ajustadas a
criterio del profesional según la evolución del caso.
La suspensión brusca no produce efectos de consideración, pero en caso de interrupción calculada se recomienda utilizar una dosis
regresiva. Como dosis básica tipo es conveniente comenzar con 0,15 ml e ir aumentando
0,05 ml diariamente hasta alcanzar una dosis
no inferior a 0,60 ml. La modificación posterior de la dosis y de los tiempos de
aplicación dependerá de la evolución de cada caso en particular.
FORMA
DE ADMINISTRACIÓN: La
más utilizada es la vía intramuscular profunda. Conviene emplear jeringa de l ml con
escala decimal y aguja 40x8. También puede utilizarse en forma subcutánea profunda y peritumoral distribuida (de ser accesible). En caso de existir algún dolor
local posterior a las primeras aplicaciones se puede agregar a la dosis un poco de
solvente indoloro, en tal caso se debe utilizar una jeringa de 2 ml. CONTRAINDICACIONES:
No posee, salvo hipersensibilidad
específica a alguno de sus componentes. De presentarse signos alérgicos se debe
suspender el tratamiento, reducir las dosis y/o emplear previamente un antihistamínico. ANTIDOTISMO:
El medicamento puede ser antidotado con el suero específico,
por lo que se recomienda evitar el tratamiento en pacientes tratados con el suero
antiofídico de cualquier especie hasta 90 días después de su aplicación. PRESENTACIÓN: Frasco
ampolla estéril para 10 ml. con anaveneno
desarrollado por esta Fundación. Se recomienda su conservación en frío evitando la
congelación. ANAVENENO MONOVALENTE DE CROTALUS dur.terr. COMPOSICIÓN:
1 mg/ml inicial de veneno termodesnaturalizado de Crotalus
durissus terrificus en solución alcoholizada. ACCIÓN TERAPÉUTICA:
Analgésico y antineurítico. Está indicado en:
POSOLOGÍA:
Se
debe administrar en dosis crecientes. Éstas pueden ser ajustadas a criterio del
profesional según la necesidad y evolución del caso. La suspensión no produce efectos
de consideración, pero en caso de interrupción programada se recomienda utilizar dosis descendientes.
La dosis más empleada comienza con 0,15 ml y aumenta diariamente 0,05 ml hasta llegar a
dosis que pueden variar desde 0,75 ml hasta 2 ml. de ser necesario. En éste último caso
es preferible realizar dos aplicaciones diarias con la mitad del contenido (por ejemplo: l
ml. en la mañana y 1 ml. en la noche). La variación en la dosis y en los tiempos de
aplicación depende de cada caso. FORMA
DE ADMINISTRACIÓN:
La más utilizada es la vía intramuscular profunda. Conviene
emplear jeringa de 1 ml. con escala decimal y aguja 40x8. También puede utilizarse en
forma subcutánea profunda y peritumoral distribuida
(si es accesible). Se puede aplicar en pequeñas cantidades, en décimas de mililitros,
alrededor de una articulación inflamada (coxofemoral, rodilla, hombro). En caso de
existir algún malestar posterior en el lugar de la aplicación, horas después de
aplicada, se puede agregar a la dosis, en lo sucesivo, un poco de solvente indoloro;
entonces se deberá utilizar una jeringa de mayor cantidad. También se pueden repetir las
dosis menores hasta lograr una desensibilización adecuada. CONTRAINDICACIONES:
No posee, salvo hipersensibilidad específica a alguno de sus
componentes. En caso de presentarse algunos
signos alérgicos se debe suspender el tratamiento, reducir las dosis y/o emplear
previamente un antihistamínico. ANTIDOTISMO:
El medicamento puede ser antidotado con el suero específico,
por lo que se recomienda evitar el tratamiento en pacientes tratados con el suero
antiofídico de cualquier especie hasta 90 días después de su suspensión. PRESENTACIÓN:
Frasco ampolla
estéril para 10 ml con anaveneno desarrollado por esta Fundación. Se recomienda su
conservación en frío evitando la congelación. Gral.
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